A partir de este momento formaremos parte de una comunidad virtual de aprendizaje en la cual nos apoyaremos para el desarrollo exitoso de las actividades previstas en la unidad "inmersión en la Maestría Robinsoniana".



sábado, 22 de marzo de 2008

Gobernabilidad Ciudadana

En la actualidad, nos encontramos con cambios sustanciales con respecto a la representatividad y la eficacia, en cuanto a sus finalidades y contenido; caracterizándose básicamente, por hechos como la globalización, complejidad, incertidumbre, fragmentación, diversidad e innovación.

En cuanto al ciudadano y sus organizaciones sobre las que actúa el gobierno, éstas se transforman haciéndose más complejas y exigentes ante un Estado federal y descentralizado, democrático, participativo, electivo, alternativo, responsable, pluralista y de mandatos revocables donde están presentes principios de integridad, cooperación, solidaridad, concurrencia y corresponsabilidad. (Constitución de la República Bolivariana de Venezuela: (Artículo 4 y 6)

Ante lo dicho, los distintos elementos integrantes del sistema político: el Estado, las instituciones políticas y administrativas, los actores políticos y sociales, los comportamientos y la cultura política, etc., se están transformando sustancialmente y reorientando en un nuevo entorno y una nueva ciudadanía; lo cual conduce inevitablemente, entre otras consecuencias, a la necesidad de un nuevo modo de gobernar y de gerenciar lo público, en el que se desarrollen las posibilidades del gobierno al máximo, en un entorno cada vez más complejo, plural, multiescalar y en red.

La gobernabilidad como concepto y como contenido novedoso del Estado, requerido por las nuevas circunstancias y entorno deben tener una gran capacidad de respuesta y ser efectivos, además de ser sensibles ante las demandas de la gente, y efectivas en el uso de los recursos limitados para encausar estas demandas (Putnam, 1993 en Canales, Op.Cit)

La gobernabilidad, está orientada en función del ciudadano, por lo cual, éste utilizará a la mediación para lograr un empoderamiento político y administrativo a nivel local y global, para la determinación compartida de objetivos y prioridades políticas.

La gobernabilidad sitúa en el centro de sus análisis la relación de poder, y supone además una relación dialéctica entre gobernantes y gobernados que se desarrolla a través de la transformación social y política (Chevallier, 1996 en Canales, Ibídem) para desarrollar una actuación gubernamental basados más en la democracia y en las capacidades gubernamentales, que en los poderes formales. (Pierre y Peters, 2000 en Canales, Idem) Además, la gobernabilidad implicará una mayor responsabilidad de los gobiernos por sus actuaciones.

La gobernabilidad implica una nueva visión, una orientación y una forma de actuar de los gobiernos en la actualidad, por lo que no sólo se hace necesario en el cumplimiento de los fines, sino también, y sobre todo, en la coordinación, interrelación y complementariedad, entre los distintos actores y subsistemas sociales destacando como condición la transparencia y responsabilidad en materia de gerencia pública participativa.

La gobernabilidad tiene un ámbito de acción glocal, debido a los cambios en la estructura y en el funcionamiento de los gobiernos locales, fruto de la globalización se deberá desarrollar capacidades a diferentes niveles para incrementar el máximo de las oportunidades, la participación ciudadana y la mediación como forma de relación. Adquiriendo con ello el municipio un nuevo protagonismo no solo como prestadores de servicios públicos, sino también en su papel político como forjador de participación y democracia ciudadana.

La gobernabilidad local implica, una forma diferente y más compleja de gobierno local, con mayor interacción y con una democracia participativa. La calidad, eficacia, cohesión social, y los resultados satisfactorios son, además, exigencias y aspectos de una buena gobernabilidad ciudadana.

Ana María Osorio González

Núcleo de Postgrado Caracas.

Grupo S3

Lucha y Resistencia Indígena en el

Socialismo Bolivariano del Siglo XXI

Los conceptos que tenemos que tomar de nuestros pueblos indígenas para la elaboración de una doctrina del hombre nuevo, como precursores de la teoría de la liberación y los derechos humanos, están en la práctica cotidiana del convivir: igualdad, ética ambiental, democracia directa y en la forma natural de la propiedad.

En este sentido, la práctica cotidiana de los indígenas se fundamenta en una ética ambiental profunda y en su conformación comunitaria democrática, donde las decisiones comunitarias son de origen colectivo. Se corresponde a este sistema comunitario las formas naturales de propiedad, hay cosas que son propias del individuo o la familia como casa o ropa, pero en general los bienes productores de riqueza colectiva son del colectivo.

La tradición originaria de los primeros pobladores americanos, es esencialmente comunitaria. No había apropiación privada de la tierra en las pequeñas comunidades recolectoras, pescadoras y cazadoras, ni en las primeras sociedades agricultoras basadas en la posesión consensual de un mismo espacio territorial.

Los grandes conglomerados políticos se erigieron sobre la base del respeto de la propiedad comunal de la tierra y de los recursos. Sin embargo, la la conquista española instauró un régimen de despojo de facto, afianzado posterior por la Colonia y perpetuado por la República. El latifundio tendió a destruir las antiguas estructuras comunales; el sometimiento del indígena al peonaje o su éxodo a las ciudades terminaron por agravar su condición. Aquellos oprimidos como etnia o comunidad se defienden comunitaria y étnicamente contra la estructura latifundista semifeudad importada.

La novedad de los procedimientos sociopolíticos se manifiesta por la organización que adoptan las comunidades. Las decisiones son tomadas por asamblea controlada por los mayores. Se limita el tiempo durante el cual una persona puede representar a un grupo.

Este tipo de organización sociopolítica de las comunidades indígenas pueden ser aprovechados dentro del marco de los movimientos revolucionarios, fomentando en ellos el respeto a nuestras sociedades indígenas, de su cultura y al derecho de hablar sus propias lenguas, el respecto a la propiedad colectiva de las comunidades sobre la tierra que trabajen en forma comunitaria y de acuerdo con sus costumbres.

En este sentido, observamos el respeto y dignidad que la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, fomenta en su articulado referente a los pueblos indígenas, así comienza planteando en el artículo 119 que el Estado reconocerá la existencia de los pueblos y comunidades indígenas, su organización social, política y económica, sus culturas, usos y costumbres, idioma y religiones, así como su hábitat y derechos originarios sobre las tierras… Por otra parte, en el artículo 121 se plantea el derecho a mantener y desarrollar su identidad étnica y cultural, cosmovisión, valores, espiritualidad y sus lugares sagrados y de culto. También el artículo 122 vela por el derecho a una salud integral, en el artículo 123 se trata lo concerniente al derecho a mantener y promover sus propias prácticas económicas basadas en la reciprocidad, solidaridad y el intercambio…el 124 garantiza y protege la propiedad intelectual colectiva de los conocimientos, tecnologías e innovaciones de los pueblos indígenas.

Ana María Osorio González

Núcleo de Postgrado Caracas.

Grupo S3

EL DESARROLLO ENDÓGENO EN EL NUEVO MODELO PRODUCTIVO SOCIAL

Nuestro país lucha por alcanzar una independencia económica que se traduce en el logro de una plena e integral soberanía. El aparato productivo nacional todavía es la expresión de un país subdesarrollado y dependiente en lo económico. Su estructura sectorial, así como su distribución regional luce profundamente desequilibradas.

En esta transformación que se construye de una economía rentista e importadora en otra economía productiva y exportadora no puede ser un proceso dirigido fundamentalmente a la exportación, en menoscabo del mercado interno, la idea del desarrollo desde adentro es la mejor manera de profundizar la transformación social, cultural y económica del país.

Claves para elaborar un proyecto de desarrollo endógeno: El desarrollo endógeno se basa en la construcción de redes productivas que promueven la participación activa y protagónica del pueblo trabajador, facilitándoles el acceso a la información, la tecnología y el conocimiento para que se incorporen masivamente a los procesos de generación y ditribución de la riqueza. A través del desarrollo endógeno se otorga poder al pueblo organizado para que desarrollen las potencialidades agrícolas, industriales y turísticas de cada región, estado, municipio o comunidad.

Un Proyecto Productivo de Desarrollo Endógeno contribuye al logro de objetivos de interés nacional, tienen su expresión concreta en el ámbito local, en cuanto a:

v Organizar a las comunidades, impulsando su participación activa y protagónica en proyectos productivos.

v Aprovechar las ventajas comparativas de sus territorios para la producción de bienes y servicios dirigidos tanto a satisfacer necesidades del mercado interno como para la exportación.

v Erradicar la pobreza, mejorando la calidad de vida de las comunidades ubicadas en regiones, estados, municipios y comunidades con un PIB por debajo dela media nacional.

v Contribuir a la desconcentración de la población en el territorio nacional.

Con base a lo planteado nos aproximamos a una definición de desarrollo endógeno: Construir redes productivas donde todos pueden participar en igualdad de condiciones y acceder fácilmente a la tecnología y el conocimiento.

Ana María Osorio González

Núcleo de Postgrado Caracas.

Grupo S3

Nuevas formas de propiedad social sobre los medios de producción

El pensamiento socialista del siglo XX se dedicó fundamentalmente a justificar la propiedad estatal sobre los medios de producción como la única manera de abolir las condiciones objetivas que históricamente determinaron el desarrollo de las relaciones capitalistas de producción. Es decir, la existencia de personas carentes de medios de producción que se ven obligadas a vender por su salario lo único que poseen para poder sobrevivir: su fuerza de trabajo.

Esta condición de explotación se acentúa en el marco de las relacines capitalistas de producción, no sólo porque al trabajador se le niegue una participación activa y protagónica en la planificación y dirección del proceso productivo, sino porque esencialmente al trabajador no se le reconoce ningún derecho de propiedad sobre el producto o fruto de su trabajo.

En el Socialismo del siglo XX, la propiedad social sobre los medios de producción se redujo a una sola forma de propiedad: la propiedad absoluta del Estado. Así pues, todos absolutamente todos los medios de producción y servicios pasaron a ser propiedad del Estado, creádose una sociedad no propiamente de trabajadores, sino, una burocracia asalariada y dependiente del Estado, con muy poca motivación para impulsar el desarrollo permanente y sostenido de las fuerzas productivas.

La idea predominante fue que toda la historia dependía de la expansión de las fuerzas productivas que, en los hechos, se limitó a los medios físicos de producción, en menoscabo del desarrollo humano integral, ignorando en consecuencia la importancia de las relaciones sociales bajo las cuales vive y trabajan las personas.

En contraposición el socialismo del siglo XIX, genera un nuevo pensamiento económico emprendiendo políticas de desarrollo económico humano, ecológico, endógeno y sustentable sobre la base de principios éticos, espíritu solidario, de cooperación, complementación, reciprocidad y sustentabilidad, en sustitución del viejo modelo mercantilista basado en la competencia, el afán de lucro, la explotación del trabajo asalariado y la depredación del ambiente.

El reto principal que tiene la construción de un modelo económico socialista del siglo XXI es la superación de la pobreza y de las profundas desigualdades económicas, sociales, políticas y territoriales. Por tal razón, esta tarea debe tener como orientación prioritaria la atención de la dimensión social frente a las presiones del capital, sin caer en las políticas asistencialistas y compensatorias.

Se trata de construir una nueva sociedad en la que imperen la justicia, la igualdad, la libertad, la solidaridad, la cooperación, la reciprocidad, la equidad y los valores humanistas.

Podemos hablar en este sentido, de una de las formas significativas que tiene el nuevo modelo ecómico LAS EMPRESAS DE PRODUCCIÓN SOCIALISTA, las cuales son portadoras de las nuevas relaciones sociales de producción. Por esta razón, el Gobierno Bolivariano promueve este las Empresas de Producción Socialista (EPS) y la construcción de redes de producción comunitarias que hacen posible la participación activa y protagónica del pueblo trabajador en los procesos de generación y distribución de la riqueza. A través de la promoción de las EPS como célula fundamental y constituyente del Nuevo Modelo Productivo, se otorga poder a las comunidades organizadas para que desarrollen bajo su control las potencialidades agrícolas, industriales y turísticas decada región, estado, municipio o comunidad.

Ana María Osorio González

Núcleo de Postgrado Caracas.

Grupo S3

LAS RELACIONES COORPERATIVAS DE PRODUCCIÓN

El Estado Venezolano a través de sus leyes garantiza el libre desenvolvimiento de las cooperativas y el derecho de desarrollar cualquier actividad lícita, tanto económica como social, en igualdad de condiciones co las demás empresas, sin restricciones legales o de otra índole.

En las leyes venezolanas se define a una cooperativa como una asociación de personas que se unen para satisfacer sus necesidades económicas, sociales y culturales, por medio de procesos y empresas colectivas y democráticas. Las cooperativas son empresas de propiedad colectiva, de carácter comunitario que buscan el bienestar integral personal y colectivo.

Se enfatiza que todos sus asociados tienen iguales deberes y derechos en una cooperativa, según la Ley venezolana, los asociados tienen una participación económica “igualitaria” en la cooperativa.

Es importante considerar que las cooperativas son asociaciones que no tienen fines de lucro porque su finalidad no es obtener ganancias, sino el interés social y el beneficio colectivo, sin privilegio para ninguno de los miembros. Al no tener fines de lucro, se le prohíbe a las cooperativas admitir como asociados a empresas o entidades que tengan fines delucro (sociedades mercantiles).

Sin embargo, en la práctica muchas personas han desvirtualizado la génesis de las cooperativas y simplemente las consideran como una empresas y como tales deben obtener ganancias o beneficios económicos como producto de sus operaciones. Estas ganancias que se obtienen son la consecuencia de sus operaciones y por tanto serán obtenidas y distribuidas entre los asociados en proporción a las operaciones que éstos realicen; según el trabajo personal aportado, y no en proporción al capital o los aportes económicos que tuvieren en la entidad, o en forma igualitaria.

Es necesario destacar que se requiere estimular a las cooperativas para que superen su orientación casi exclusiva hacia los intereses de los asociados, en función de desarrollar vínculos orgánicos y más sólidos con la comunidad y la sociedad en general. Para empezar hay que desarrollar vínculos entre varias cooperativas para que no actúen como competidoras. Se trata de encontrar nuevas formas para integrar redes de cooperativas que compartan y complementen sus capacidades y recursos. Y para apoyar la explosión de poder comunal, hay que establecer sólidos vínculos entre las cooperativas y los Consejos Comunales, destinando recursos de todo el sistema financiero público con miras a orientar su producción a la satisfacción de las necesidsdes básicas esenciales de las comunidades. Cambiar las relaciones de producción de las cooperativas pasa por superar sus intereses grupales y enfocarse en las necesidades de las comunidades.

En las relaciones cooperativas de producción se busca maximizar los ingresos por asociados. Los trabajadores se juntan para constituir una empresa en función de sus intereses mutuos como productores. Fuera de este marco, su lógica tiende a ser la misma de las empresas capitalista:

v Suele coexistir el apoyo mutuo entre los miembros de la cooperativa con la explotación de los trabajadores contratados.

v Su propósito es maximizar los ingresos por asociados a expensas del plusvalor generado por los asalariados.

v Considera como competidores a otras cooperativas y miran al pueblo como un mercado.

v No asumen compromisos con su comunidad.

Al margen de las diferencias en los tipos de propiedad, tanto en la empresa capitalista, como en la cooperativa la lógica dominante tiende a maximizar los ingresos, bien sea para el accionista o para el asociado.

Pero hay que saber reconocer las diferencias entre ambas empresas. A pesar de esta doble naturaleza cooperativa y explotadora, en la cooperativa tradicional hay un germen de las nuevas relaciones sociales de producción que deben ser incentivados no enajenadas por un salario su capacidad para trabajar a un patrón, deciden lo que van a producir y son dueños del fruto de su trabajo.